
Bruxismo: Desmitificando una actividad compleja
El bruxismo es la presencia de actividad (periodos de contracción / relajación) en los músculos masticatorios en momentos que deberían ser de reposo, ya sea durante el sueño o la vigilia.
Observaciones Importantes:
La evidencia actual ha transformado la comprensión del bruxismo de un trastorno principalmente oclusal/dental a uno de origen neurobiológico. Aunque algunos factores anteriormente considerados causales pueden estar presentes en pacientes con bruxismo, se entienden ahora como consecuencias o factores perpetuantes, no como causas primarias. Este cambio en la comprensión de las causas debe llevar (lógicamente) a modificaciones en los enfoques terapéuticos.
La siguiente lista se basa en la evidencia científica publicada entre 2019 y 2025. Todas las categorías representan factores que, aunque históricamente se consideraron causales, no están respaldados por la evidencia científica actual como factores etiológicos primarios del bruxismo.
01
Factores Oclusales
Uno de los mitos más propagados sobre el bruxismo es que es consecuencia de la maloclusión dental. Este error histórico está descartado por la evidencia actual y se extiende también a interferencias oclusales, discrepancias en la relación céntrica, contactos prematuros, guías caninas, prótesis mal ajustadas, restauraciones altas, etc.
02
Factores Anatómicos
Es, también, inexistente, la relación entre la actividad muscular y la asimetría facial, las discrepancias en la longitud de las ramas mandibulares, la forma del cóndilo o la anatomía en general de la ATM, y la inclinación de la eminencia articular.
03
Factores Nutricionales
Las causas del bruxismo tampoco pueden asociarse nunca a deficiencias vitamínicas o de minerales, ni a la deshidratación. También es importante no confundir el bruxismo con el “castañeo” que aparece en algunas infecciones por patógenos.
04
Factores Posturales
Por último, aunque tomar conciencia de la postura corporal será parte del proceso de comprensión y auto gestión, tampoco es real la relación entre bruxismo y escoliosis, disimetría de los miembros, pisada o ““desajustes”” vertebrales.
(Y me faltan comillas) ;)

Ahora que empezamos a comprender el bruxismo…
…no podemos seguir empeñados en “diagnosticarlo” y taparlo como los últimos 50 años.
El bruxismo no se diagnostica, del mismo modo que no se diagnostican los mocos. Ambos son el síntoma, no el problema, que indica una respuesta del cuerpo ante un evento externo o interno.

Así, en ocasiones estaremos ante un evento inocuo, otras ante uno potencialmente dañino y otras ante un factor protector, en función de las características y eventos que lo acompañan, su presentación en relación a los ciclos circadianos y la intensidad de los síntomas que provoca (o no).
No hay solución universal:
Personas distintas requerirán enfoques distintos.

Para abordar cada caso se realizará un repaso de los principales indicadores de salud física y mental, así como del estilo de vida y las creencias sobre la condición que han enmarcado el recorrido hasta aquí.
La persona debe estar dispuesta a comprender y realizar algunos ajustes y cambios en su rutina, y el acompañamiento irá enfocado al auto descubrimiento, la auto gestión, la presencia, el desarrollo de la conciencia corporal y la presentación de herramientas.
Y entonces… ¿la férula?
En consulta hablaremos sobre ella, sobre tu caso, sobre las características de tu bruxismo, sobre su frecuencia y tus preocupaciones, sobre el dolor que tienes actualmente, sobre las explicaciones que recibiste, las cosas de las que es capaz y las que no, las creencias que tienes en torno a ella…
Y, CON SUERTE, AL TERMINAR, TE SENTIRÁS CON EL CONOCIMIENTO SUFICIENTE PARA IR HACIENDO PRUEBAS O TOMAR LA DECISIÓN DE USARLA O NO POR TI MISMO.