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  • Foto del escritorPaula Salinas

Tratamiento funcional desde el principio: Si, si y SI.

Actualizado: 21 ago 2018

Ante un esguince de tobillo, casi todo el mundo sabe lo que hacer: Llevar a la persona al médico, que le pongan un buen vendaje o una escayola si tiene mala pinta, tener el pie en alto y aplicar hielo. ¿Y si te digo que la mayoría de acciones de esa lista están obsoletas?

Pero además muy muy obsoletas. Y no lo digo yo, lo dice la ciencia. Y es que desde los años 60 existen estudios que demuestran que el Tratamiento Funcional (independientemente del grado del esguince) se asocia a una recuperación más rápida y por lo tanto a una vuelta al trabajo y a la práctica deportiva mucho más tempranas. Además es la opción más segura, porque es la que evita la aparición de esguinces de repetición o recidivas, y finalmente puede evitar el paso por quirófano.


(Si quieres aprender más sobre la lesión te recomiendo que leas Información básica sobre el esguince de tobillo, esta entrada se centra en el tratamiento de urgencia.)


Y… ¿Qué es eso del Tratamiento Funcional? Es lo que quiero explicarte en esta entrada, sobre todo para que entiendas, que un tratamiento funcional puedes empezarlo tú mismo cuando te haces el esguince, o cuando una persona se hace un esguince en tu presencia, tomando las decisiones adecuadas.

El tratamiento funcional consiste en el apoyo sobre el pie (es decir, dejar caer el peso del cuerpo de manera natural durante la marcha) de forma inmediata o lo más precoz posible, con la ayuda o no de vendajes funcionales, sin necesidad de recurrir a la inmovilización de la zona lesionada, ni al uso de órtesis (escayolas, férulas) o vendajes de contención (que limitan la movilidad).


Ahora bien, si hablas con compañeros de otras ramas sanitarias probablemente te digan que existe controversia en cuanto a la utilización del tratamiento clásico o el “moderno”. Si he decidido escribir esta entrada es para dejar claro que en la literatura científica no existe esa controversia. Si te animas y buscas con un poco de criterio, verás que las ventajas para el lesionado están claras, y sólo parece que está siendo difícil convencer a algunos colegas a pesar de la evidencia porque “siempre me ha ido bien así”.


¿Por qué intento evitar por todos los medios que te inmovilicen el pie? Porque produce dos de las peores cosas que pueden ocurrirle a una articulación: rigidez y atrofia de la musculatura que la rodea. ¡Y te lo dice la que va a encargarse de quitártelas!


Si conoces a alguien que haya ido a rehabilitación por un buen esguince, pregúntale cuánto tiempo tardó en recuperar la movilidad total de la articulación, y en volver a fortalecer la musculatura. Esa musculatura, además, es la que te proporciona equilibrio, y la que evita que la próxima vez que te tuerzas el tobillo la cosa acabe en otro esguince. Además los ligamentos recuperan su tensión habitual y su elasticidad mucho más rápido si reciben los estímulos de impacto y movilización que caracterizan a la marcha.


Cuando te hagas o creas que te has hecho un esguince, o le ocurra a alguien cercano a ti y puedas influir en cómo manejar esos primeros momentos, estas son mis recomendaciones:

  1. Lo primero, al fisio: Lo siento, vas a pensar que se me ve el plumero, pero te voy a decir lo que pasa si vas a un centro de salud: vas a llegar a urgencias, te va a ver un médico que no es traumatólogo (y por lo tanto no te va a recomendar nada concreto), te va a mandar antiinflamatorios y analgésicos(eso lo tienes ya en casa, ¿no?, y lo sueles tomar aunque no te lo digan, ¿no?), va a vendarte el pie y a decirte que no lo apoyes en 3 semanas… Ahí va mi intento de una buena primera actuación. ¿Lo ves? Se marcha, nos está diciendo adiós con la mano. Si aún así te quedas más tranquilo yendo al médico, pídele por favor que no te inmovilice la articulación y dile que lo siguiente que tienes intención de hacer es ir a un centro de fisioterapia para empezar con el tratamiento lo antes posible, para que se quede más tranquilo. Si insiste en inmovilizarte el pie, acéptalo (te lo dije) y aún así pide cita para lo antes posible en un centro de fisioterapia, ve con tu vendaje o escayola, probablemente el fisio te recomiende quitártelo y con suerte tendrá más éxito que yo. Si finalmente decides hacerme caso, pasa al punto 2.

  2. Como si no pasara nada: Comprueba si puedes apoyar el pie. Si puedes apoyarlo sin dolor, o si el dolor es soportable, mi consejo es que te esfuerces en andar con toda la naturalidad que te sea posible. Que evites cojear, ya que esto sobrecarga grupos musculares que no están acostumbrados a encargarse de la estabilidad de tu pie o a activarse tanto durante la marcha. Si realmente el dolor es insoportable, pide a alguien que te ayude a desplazarte lo más rápido posible a un centro de fisioterapia, concierta una cita de urgencia si es necesario.* Si el dolor es insoportable y no te permite apoyar el pie, sí que es buena idea acudir primero a un centro de salud para pedir que te hagan una radiografía. Es importante descartar que haya una fractura de los huesos. Si existe fractura, olvida lo que hemos hablado de la inmovilización. Si no hay fractura, estén como estén los ligamentos, rotos o no, recuerda que la literatura dice que el tratamiento funcional es la mejor opción para todos los grados, incluido el grado 3. * En estudios que comparan la movilización y la carga total sobre el pie desde el principio del tratamiento con la movilización y la carga progresivas, los resultados a largo plazo son iguales, y la única diferencia está en la rapidez de la recuperación. Los pacientes que empiezan a apoyar el pie completamente y a moverlo con libertad desde el principio del tratamiento se recuperan y reanudan su actividad cotidiana hasta 10 semanas antes. Es decir, siempre y cuando puedas apoyar, tú decides cuánta carga quieres ponerle desde un primer momento, los beneficios ya los conoces.

  3. Aplica hielo y compresión: Este paso lo escribo en caso de que no hayas conseguido la cita de urgencia con un fisioterapeuta. Si tienes que esperar más de 1 hora para que te atiendan aplícate tu mismo hielo. Puedes aplicarlo directamente sobre la piel sino dejas de moverlo. Si vas a dejarlo quieto, mejor mételo en una bolsa y pon una toalla fina entre la piel y la bolsa, para que el agua fría no te queme. Repite durante 20 minutos cada 2 horas más o menos hasta que llegues a la consulta. Si puedes, mientras estés quieto, mantén el pie en alto. No quiere decir que tengas que estar quieto, haz tu vida con normalidad. Simplemente recuerda elevar el pie por encima de la cadera cuando estés sentado o tumbado.Si sabes ponerte una venda o alguien puede ayudarte, puedes ponerla en dirección hacia arriba, de los dedos hacia el tobillo. Cuando digo compresión quiero decir una ligera presión, no una venda apretada que te corte la circulación. Debes notar cierta sujeción, pero nada más.

¿He conseguido mi objetivo con esta entrada? ¿Crees que será muy difícil negociar tu recuperación si finalmente vas a un centro de salud? ¿Conocías ya el tratamiento funcional? ¿Creías que era algo moderno o sabías que se considera la opción más ventajosa desde hace tanto tiempo y con tantos estudios a su favor?

Todo lo que pueda poner a tu alcance de esta ciencia tan bonita, es tuyo.

P.

Bibliografía:

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